Muchos
campesinos ya han aprendido a aprovechar al máximo los recursos naturales que
se encuentran en la región donde viven.
Cerca de una
casa se siembra pasto que sirve de alimento a varias vacas que están en un
establo. También hay una porqueriza con cerdos que se engordan y se reproducen
para después consumirlos y/o venderlos. Las vacas y los cerdos producen
estiércol de donde se obtiene abono para fertilizar la tierra y también el gas
metano que sire para cocinar, realizando un biodigestor. En la granja hay una
huerta con hortalizas como lechuga, zanahoria, remolacha, etc., que es como una
despensa para alimentar a la familia.
También hay una
zona sembrada de árboles frutales, debido a la gran importancia de las frutas
como fuente de alimento para la familia; también permiten aumentar los ingresos
económicos de la familia, pues se pueden vender en el mercado o elaborar con
ellas mermeladas, jaleas y dulces, igualmente los hojas y los frutos que no
sirven para comer se utilizan para alimentar a las gallinas, a los conejos, a
los cerdos y a otros animales que se tengan allí.
De esta forma la
granja integral beneficia más a la familia campesina ya que se aprovechan de la
mejor manera los recursos que se tienen. Una parte de los productos de la
granja sirve para el consumo de la familia. La otra parte se vende y con el
dinero se compran otras cosas que la granja no produce.
El biodigestor
El biodigestor
es un dispositivo que permite tratar ecológicamente los estiércoles y desechos
orgánicos, de los que a su vez se obtiene energía y el fertilizante ideal e
indispensable en la granja integral.
El biodigestor
permite reciclar el estiércol produciendo gas metano, que sirve como
combustible para la cocción de los alimentos, alumbrado, etc. Además, del
proceso de degradación del estiércol se obtienen otros subproductos usados como
fertilizantes para mejorar la producción agropecuaria y la calidad de los
suelos.
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