Existen tres
métodos de control de plagas: químico, mecánico y biológico.
Control químico de las plagas: se basa en la aplicación de productos químicos (plaguicidas,
insecticidas, fungicidas, herbicidas, nematicidas), que eliminan a las formas
de vida perjudiciales para los cultivos o para el ser humano. Estos métodos
suelen acabar con muchas plagas, pero tienen el inconveniente de que afectan al
medio ambiente y al propio ser humano, pues estas sustancias toxicas se integran
en las cadenas tróficas y en los alimentos.
Control mecánico: se
basa en el uso de prácticas no químicas como la rotación de cultivos,
eliminación de los restos de malas hierbas, y otras que cambian el medio
natural en que habita el insecto, haciendo más difícil que logre sobrevivir.
Control biológico:
consiste en combatir las plagas y los insectos indeseables mediante la
introducción de sus enemigos naturales, los cuales se los comen o impiden su
desarrollo.
Los campesinos
aportan con su experiencia datos importantes sobre muchas plantas que ahuyentan
los insectos: hormigas, comején, mosquitos, tábanos y otros. Las hay acuáticas
y aéreas. Los insectos están dotados de extrañas percepciones, repugnancias o
atracciones. En la actualidad, esto se ha convertido en toda una ciencia, la
ciencia del control biológico, la ciencia de los “no productos químicos”
contaminantes: la alelopatía.
Muchas
investigaciones se han realizado para descubrir secretos que nos permitan
controlar animales que nos causan problemas, sin necesidad de contaminar ríos,
quebradas, fuentes de gua, la naturaleza y nosotros mismos.
La proliferación
de hormigas es uno de los problemas más grandes de salubridad que debemos
enfrentar en muchas regiones de nuestro país.
Sin embargo, las
hormigas pueden ahuyentarse utilizando una planta llamada lechero colorado,
cuyo nombre científico es Euphorbia
cotinofilia. También se le conoce con los nombres de nacedero, lorencillo,
matarratón y manzanillo platero.
Para el control
de pulgas, la altamisa y el eucalipto son una buena alternativa, pues estas
plantas poseen olores que exterminan y alejan a las pulas de los sitios donde
se encuentran.
La manzanilla y
el cilantro, sembrados alrededor del curubo, evitan el hongo en los cultivos de
curuba. En una huerta de frutales, la mejor opción para un buen control
biológico es sembrar en los linderos y dentro de la misma, romero y tomillo.
Otra de las
mejores alternativas para controlar la proliferación de moscos dentro de las
huertas, especialmente dentro de las casas, es la ruda y la alfalfa, pues estas
plantas poseen olores que mantienen alejados a los insectos.
Un buen método
para controlar gusanos, babosas y caracoles, es colocar un pedazo de tabla o
una hoja de lechuga en el suelo, ya que es una trampa efectiva para estos
moluscos, pues ellos buscaran refugio en dicho lugar. Solo hay que recogerlos y
destruirlos al día siguiente.
Podemos utilizar
en forma efectiva tapas de frascos con ceniza que se colocan a ras de tierra;
estas tapas atraen, emborrachan y ahogan a estos pequeños y perjudiciales
animalitos.
Sin embargo, uno
de los métodos de control biológico del jardín y la huerta es incrementar la
supervivencia y el hogar de los sapos y las ranas, especies que en tres meses
se comen unos 10000 insectos.
En muchas
regiones se acostumbra a hacer sembrados de maíz, haba y arveja, que generan
sustancias olorosas que impiden el ingreso de muchos artrópodos al cultivo,
dándose cosechas muy buenas.
La remolacha y
la espinaca suelen formar un buen equipo cuando de repeler insectos se trata;
por eso siempre hay que sembrarlas juntas.
Finalmente, un
suelo bien cuidado, sin escasez de nutrientes, permitirá mejores resultados.