El concepto de
competencia surge de la necesidad de valorar no sólo el conjunto de los
conocimientos apropiados (saber) y las habilidades y destrezas (saber hacer)
desarrolladas por una persona, sino de apreciar su capacidad de emplearlas para
responder a situaciones, resolver problemas y desenvolverse en el mundo.
Igualmente, implica una mirada a las
condiciones del individuo y disposiciones con las que actúa, es decir, al
componente actitudinal y valorativo (saber ser) que incide sobre los resultados
de la acción. En otras palabras, las competencias se refieren a un “saber hacer
en contexto”.
La definición de competencia y
competencia laboral es:
Competencia: Es la que hace que una persona sea, valga la redundancia,
“competente” para realizar un trabajo o una actividad exitosa, lo que puede
significar la conjunción de conocimientos, habilidades, disposiciones y
conductas especificas. Si falla alguno de esos aspectos, y el mismo se requiere
para lograr algo, ya no es “competente”.
Competencia
Laboral: Es una capacidad efectiva para llevar a
babo exitosamente una actividad laboral plenamente identificada. La competencia
laboral no es una probabilidad de éxito en la ejecución de un trabajo, es una
capacidad real y demostrada.
A su vez las competencias laborales se
dividen en generales y especificas:
Generales: Se caracterizan por no estar ligadas a una ocupación en
particular, ni a ningún sector económico, cargo o tipo de actividad productiva,
pero habilitan a las personas para ingresar al trabajo, mantenerse en él y
aprender. Junto con las competencias básicas y ciudadanas, facilitan la
empleabilidad de las personas.
La
empleabilidad es la capacidad de una persona para conseguir un trabajo,
mantenerse en él y aprender posteriormente los elementos específicos propios de
la actividad.
Las competencias laborales generales son
necesarias en todo tipo de trabajo, ya sea en un empleo o en una iniciativa
propia para la generación de ingreso. Son ejemplos de ellas la orientación al
servicio, la informática, el trabajo en equipo, la toma de decisiones, la
resolución de problemas, el conocimiento del entorno laboral y el manejo de
procesos tecnológicos básicos.
Especificas: Son aquellas necesarias para el desempeño de las funciones
propias de las ocupaciones del sector productivo. Poseerlas significa tener el
dominio de conocimientos, habilidades y actitudes que conllevan al logro de
resultados de calidad en el cumplimiento de una ocupación y, por tanto,
facilitan el alcance de las metas organizacionales.
Las competencias laborales específicas
están relacionadas con las funciones productivas, es decir, con el “conjunto de
actividades laborales necesarias para lograr resultados específicos de trabajo,
en relación con el propósito clave de un área objeto de análisis”. Estas
competencias habilitan a las personas para desempeñar una ocupación o un grupo
de ocupaciones.
Una
ocupación es un conjunto de puestos de trabajo con funciones productivas afines
cuyo desempeño requiere competencias comunes relacionadas con los resultados
que se obtienen.
En una gran parte de países las
ocupaciones se han agrupado por afinidad de funciones, buscando con ello hacer
ofertas educativas que permitan la movilidad entre varios campos ocupacionales,
es decir, formar en áreas que sirvan a varias ocupaciones, logrando con ello
polivalencia y movilidad ocupacional de quienes poseen dicha formación.
En Colombia el SENA construyó la Clasificación
Nacional de Ocupaciones, para lo cual identificó 450 ocupaciones agrupadas en
varias áreas, en una nueva entrega se hablara sobre el tema.
Felipe Rodríguez Torres
Tecnólogo en
Administración de Empresas Agropecuarias
Diplomado en Gestión de
Planes de Negocio
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